Cuando era niña, me encantaba dibujar y pintar. En mi cuarto, yo tenía una mesa solo para hacer dibujos. Debajo de la mesa, tenía mis cosas para arte en una cesta. Tenía bolígrafos y lápices, y papel en varios colores. Pero un día, yo tuve una crisis! No había papel en mi cesta! No tenía papel, y mis padres trabajaban en el jardín- y cuando mis padres trabajaban en el jardín, yo no les molestaba. Si yo les molestaba en el jardín, mis padres decían que yo necesitara ayudarlos; pero no me gustaba trabajar en el jardín! En vez de pedir a mis padres por mas papel, yo pensé “Cómo puedo dibujar si no tengo papel?” Y mi respuesta? Las paredes! Y después, yo comencé dibujar en los paredes. Yo dibujé muchas flores en mi cuarto, y despues, yo dibuje en los otros cuartos de la casa. Yo dibuje un castillo con un rey, una reina, y una princesa en mi sala. Y después de estos dibujos, yo comencé un dibujo de mi familia cuando mis padres entraron la casa. Ellos estaban de mal humor cuando vieron mis dibujos. Mi padre inmediatamente dijo: “Qué estás haciendo?! Quiero que salgas! Ve a tu cuarto! Ahora!” Pero mi madre tenía una idea diferente. “Prefiero que te quedes”, ella dijo. Cuando le pregunté por qué, ella explicó que yo pude limpiar las paredes. Cuando yo oí esto, yo no la obedecí. En vez de obedecer a mi madre, yo obedecí a mi padre y fui a mi cuarto. Pero mi madre me atrapó en los escalones, y yo tenía que limpiar las paredes con mi madre por toda la tarde.
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