Un vez, había un payaso que se llamaba Honkers. Él era feliz, simpática, y se negó ser triste para nada. Mientras que trabaja de hacerlos reír, él no pudo respirar. Los niños empezaron tener un pánico.
-¡Apurate! ¡Apurate! ellos gritaron. ¡Llama 9-1-1!
Pero cuando ellos tenían un pánico, Honkers estaban riendo porque el estaba bien. Realmente, él no estaba ahogando. Pero, él sacó una bufanda de su garganta.
-¡GUACALA! ellos gritaron.
Pero después del incidente, los niños se rieron. Ellos le suplicaron un chiste mas, pero Honkers tenía prisa para una cita para sus dientes. Sus dientes eran muy malos y amarillos porque él le gustaba comer chocolate todo los dias. Entonces él corrió a su coche de payaso y se subió. Él prendo su coche y empezó a manejar rápido. Él siempre maneja cuidadosamente, pero, ahora, él tenía mucha prisa. Él no tenía su cinturón de seguridad o respeto la velocidad máxima. Él manejo 95 millas por hora cuando la señal de tránsito dijo solo 50 millas por hora. ¡Él estaba loco! Había mucho tráfico y la espera hacía muy largo. Honkers estaba desesperado entonces él decidió manejar en el lado de la calle. Mientras él estaba manejando, él no vio que habia un arbol y se chocó.
-¡Ay no! ¡Mi coche! él gritó.
Pero las personas que estaban manejando en la calle no se dieron cuenta porque su coche era muy, muy pequeño. Entonces, Honkers caminó por tres cuadras para su cita con la dentista. Quedó muy lejos, pero no le importaba. Pero, él estaba caminando por mucho tiempo y él era más despacio que una tortuga. Desafortunadamente, Honkers se desmayó y llegó a su cita nunca. Él tendrá dientes amarillos para el resto de su vida. ¡Pobre Honkers!
Por, Lilia C:
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